¿PUEDEN LOS MUERTOS Y "SANTOS" ESCUCHARNOS E INTERCEDER POR LOS VIVOS?
- Silvia Paredes
- 22 jul 2017
- 4 Min. de lectura
Algunas veces hemos vivido o escuchado de personas que afirman que se les apareció el espíritu de un amigo o familiar que ya ha muerto; también escuchamos acerca de oraciones para que estas almas o espíritus nos ayuden en vida o intercedan por nosotros ante Dios. Este tema ha sido de gran controversia entre muchas personas, pero es importante tener claro lo que dice la Palabra de Dios antes de generar juicios y discusiones. Entre los puntos más importantes podemos mencionar los siguientes de acuerdo con las Escrituras.

UN SOLO DIOS Y UN SOLO MEDIADOR
El primer mandamiento de Dios que se encuentra en Éxodo 20:3 dice: "No tengas otros dioses además de mí. No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los honres".
Partiendo de este el primer mandamiento de Dios podemos decir que si algún espíritu, santo, ángel o ser no natural se aparece a una persona para que le rinda culto, lo adore, le haga plegarias, oraciones, rezos, etc., esto no es algo que provenga de Dios porque de acuerdo a las Escrituras "... hay un sólo Dios, asimismo un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5).
En el Evangelio de Mateo Capítulo 4 podemos leer cuando Jesucristo es tentado por Satanás, allí el diablo lo insta a que ponga a prueba el poder de Dios y que se postre y lo adore; pero Jesucristo conoce las Escrituras y le responde " ...Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.." Esta historia es una enseñanza para quienes creemos que la Biblia es la palabra de Dios, ya que el diablo tienta a Jesucristo con las escrituras; sin embargo, Jesucristo soportó la tentación porque conocía al Padre y conocía las Escrituras, pero hoy en día muchos de nosotros nos decimos ser seguidores de Dios pero creemos cualquier cosa que nos dice la religión y los hombres, seguimos falsas doctrinas porque no leemos su palabra y terminamos creyendo y haciendo lo que dice un sacerdote, un maestro, una sociedad, una cultura o una tradición en lugar de seguir sus Santas Escrituras.
LOS MUERTOS NO REGRESAN
Jesús nos refiere una parábola en el Libro de Lucas 16: 26-31 donde dos personas mueren y uno de ellos le pide al padre Abraham que le permita pasar de un lugar a otro lo cual no les fue permitido. Aunque la parábola tiene como propósito principal explicar el rechazo del pueblo judío ante la muerte y resurrección de Jesús para vida eterna, también es un claro ejemplo que los muertos no regresan ni se quedan vagando entre la tierra, el cielo y el infierno; esto es una creencia antibíblica ya que La Escritura dice en Hebreos 9:27 "Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio", y también 2 Corintios 5:6-8 "Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor."
Entonces algunos se preguntarán ¿Qué pasa con apariciones donde hay evidencia y testigos? Pues bien, así como Dios es Real, Satanás también lo es y su objetivo es Robar, Matar y Destruir (Juan 10:10). El diablo es mentiroso desde el principio y a través de toda las Escrituras vemos cómo engañó a hombres de Dios para hacerlos caer; así mismo, este enemigo toma el dolor que podamos sentir tras la partida eterna de un ser querido para transformarse en esa persona y hacernos creer falsas doctrinas. " Y no es de extrañar, pues aun Satanás se disfraza como ángel de luz." ( 2 Corintios 11:14 ). Es por eso que nosotros debemos estar atentos porque nuestro adversario el diablo anda como león rugiente buscando a quién devorar. ( 1 Pedro 5:8).
En otras palabras, el propósito del diablo con estas apariciones es que dejemos de confiar en Dios y en Su Palabra y empecemos a creer que los muertos pueden convivir con los vivos, que dejemos de pedir al Padre en el nombre de Su Hijo Jesucristo (Juan 16:24; 1 Timoteo 2:5) y empecemos a pedirle al "alma" de nuestros seres queridos o a "santos" fallecidos, cuando en realidad ningún muerto puede interceder por nosotros sino solamente los que están vivos: nuestros hermanos en Cristo (santos) aquí en la tierra y Jesucristo que es el único que está vivo (en cuerpo glorioso) en el cielo.
LOS ESPÍRITUS SON REALES
Los espíritus que vagan por la tierra atormentando, confundiendo y haciéndoles creer a las personas falsas doctrinas que van en contra de la Palabra de Dios, existen y son demonios; estos demonios pueden tomar cualquier forma sea humana o no humana, natural o sobrenatural, e incluso pueden entrar en el cuerpo de personas para hacerles daño. Algunas referencias Bíblicas las vemos en los Evangelios (Mateo 10:1; 12:43-45; Marcos 1:26-27; 3:11,30; 5:8-13; 9:17-26; Lucas 4:33-35; 6:18; 8:33,38).
"Dios es un Dios de paz no de confusión" (1 Corintios 14:33), por esto mismo si alguna persona afirma haber experimentado observar, sentir o escuchar algún espíritu o ser sobrenatural, es necesario partir de la Escritura para saber si es un ángel de Dios, el Espíritu Santo de Dios, o por el contrario, una fuerza demoniaca.
La misma palabra de Dios afirma en Gálatas 1:8 "Pero si alguien les anuncia un evangelio distinto del que ya les hemos anunciado, que caiga sobre él la maldición de Dios, no importa si se trata de mí mismo o de un ángel venido del cielo". De esto podemos deducir que si el espíritu de una persona muerta, un "santo" o ser sobrenatural viniera a nosotros con el fin de que le adoráramos, rezáramos, hiciéramos peticiones o plegarias, este no es un espíritu que viene de parte de Dios.
Concluimos diciendo que el único que puede interceder por nosotros es Nuestro Señor Jesucristo, porque el sacrificio de Él es perfecto y Él fue el único que resucitó, a nadie más debemos orar porque ofendemos a Dios; y aunque creemos que santos y muertos nos escuchan, no es así, es el diablo quien nos desvía y hace creer en falsas doctrinas.